Tilcara
El Pukará
Jardín Botánico de Altura
Huacalera
Llegamos a Tilcara, y la vista era espectacular... Después de dejar los bolsos en el hotel, y disfrutar de un rico almuerzo, nos preparamos para salir a recorrer el Jardín Botánico de Altura y el Pukará. Todos los que tenían cámaras gatillaban sin parar, o por lo menos nosotras hicimos eso. Para donde fuese que mirásemos, había cerros y montañas que admirar, era un paisaje del que nuestros ojos no podían alejar la vista. Aquí abajo hay información tanto de la ciudad y su historia, como de su origen, relieve y clima impactantesTILCARA
Es una ciudad de la provincia de Jujuy, ubicada en el centro de la Quebrada de Humahuaca, la cual estuvo poblada por asentamientos indígenas, desde la época pre-incaica. La ciudad de Tilcara es considerada como la Capital Arqueológica del Noroeste Argentino por la gran cantidad de objetos, generalmente datados en el siglo XVI, que permanecen en su subsuelo. Ubicado a 2465 metros sobre el nivel del mar, tiene (según el censo oficial de 2001) unos 7000 habitantes que ocupan sus 12 hectáreas de superficie; aunque según los últimos datos estadísticos, cuenta con 10388 habitantes.
Tilcara se encuentra entra la Cordillera Oriental o Precordillera Salto-Jujeña y las Sierras Subandinas, sierras secundarias de la sobreelevación de los Andes. Esta zona presenta muchísimos conos de deyección. Dos o más conos de éstos forman, a su vez, un abanico aluvial.
En Sudamérica existen 4 especies de camélidos: dos son domesticados (la llama, la alpaca) y dos silvestres (la vicuña y el guanaco). Desde aproximadamente 2500 años antes de Cristo, se produjo el proceso de domesticación de animales y plantas. De esta manera, la llama pasó a ocupar un lugar importantísimo para las sociedades que habitaban la región. Las caravanas de llamas eran muy habituales en estos tiempos, más allá de que actualmente ya no tienen relevancia alguna.
UN POCO DE SU HISTORIA
No tiene una fecha de fundación, pero se sabe que fue habitada tanto por las tribus indígenas autóctonas (como los Omaguacas, los Uquías, los Fiscaras y los Tilcaras entre los años 1000 y 1480), como por los Incas, quienes conquistaron y dominaron esta región, no por más de 50 años, debido a la llegada y conquista de los españoles. Estos últimos, encabezados por Francisco de Argañaraz y Murguía, lograron vencer a los aborígenes en 1598. Después de la conquista, estos pueblos fueron sometidos al régimen de encomienda, siendo tratados como esclavos, debiendo cumplir temporadas de trabajo que iban desde seis meses hasta más de un año. La cantidad de personas explotadas para la encomienda era estipulada por los encomenderos españoles.
SU CLIMA
En plena Quebrada, en particular en el pueblo de Tilcara, las lluvias son muy escasas durante los meses de invierno. La época de lluvia es en verano, entre noviembre y marzo. A partir de las tres de la tarde, la temperatura desciende y empieza a soplar un aire fresco que nos obliga a ponernos una camperita. Más de noche, el viento se calma y, a pesar de las bajas temperaturas (que pueden bajar hasta los 0°), es muy lindo caminar por las calles disfrutando del paisaje y cielo nocturno.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Tilcara es esencialmente montañoso. Está cruzado por la pintoresca Quebrada de Humahuaca, por donde corre el río Grande de Jujuy. De este a oeste está recorrida por el Trópico de Capricornio, que pasa por la localidad de Huacalera. En este departamento prácticamente no hay llanuras, de manera que su aspecto orográfico es sumamente montañoso.
PUKARÁ DE TILCARA
Con el paso del tiempo, se mal ubicó la sílaba acentuada, pasando de la lengua aimará, Pukära, al español, Pukará. Significa 'fortaleza', y aunque este sitio arqueológico no presente construcciones de tipo defensivas, la denominación tradicional posiblemente se deba a su ubicación estratégica en el centro de la Quebrada y a la visión panorámica que posee. El pucará de Tilcara es un lugar de gran importancia histórica ya que da cuenta de cómo vivían los pueblos prehispánicos hasta la llegada de los españoles a América. Cuenta con aproximadamente 8 hectáreas de superficie y su altura máxima es de más de 60 metros sobre el nivel del Río Grande (2500 m sobre el nivel del mar). El lugar fue ocupado desde el siglo IX d.C. hasta aproximadamente el siglo XV.
Los primeros habitantes se asentaron sobre las laderas bajas ubicadas hacia el sur pero, posteriormente, la ciudad creció hasta ocupar el pucará en su totalidad en el siglo XIV. Con la conquista inca se realizaron algunas modificaciones y se construyeron edificios de carácter administrativo y ritual. Hasta el momento, no se sabe exactamente la causa del abandono del lugar durante el período colonial. Las últimas investigaciones afirman, de forma estimativa, que el pucará pudo albergar a más de 1500 habitantes en su momento de máxima ocupación. Su localización geográfica le permitió ser uno de los principales puntos de interacción entre la Puna y los Valles, siendo un importante centro de producción, distribución e intercambio de bienes de la región. Desde la Puna se traía sal obsidiana (vidrio volcánico), basalto, malaquita, turquesas y otras rocas para confeccionar distintas herramientas y puntas de proyectil; y desde los valles llegaban maderas, plumas, nueces, tinturas y alucinógenos como el cebil. Las ruinas que aquí se observan son testigo de historias, personas, lugares e ideas que perduran en el tiempo e invitan a revivirlos a través de su recorrido y la compañía de un increíble paisaje. Esta zona fue parte de las etnias omaguacas y su refugio en épocas de guerra durante la época colonizadora del norte, a mano de los realistas del Alto Perú.
Los primeros habitantes se asentaron sobre las laderas bajas ubicadas hacia el sur pero, posteriormente, la ciudad creció hasta ocupar el pucará en su totalidad en el siglo XIV. Con la conquista inca se realizaron algunas modificaciones y se construyeron edificios de carácter administrativo y ritual. Hasta el momento, no se sabe exactamente la causa del abandono del lugar durante el período colonial. Las últimas investigaciones afirman, de forma estimativa, que el pucará pudo albergar a más de 1500 habitantes en su momento de máxima ocupación. Su localización geográfica le permitió ser uno de los principales puntos de interacción entre la Puna y los Valles, siendo un importante centro de producción, distribución e intercambio de bienes de la región. Desde la Puna se traía sal obsidiana (vidrio volcánico), basalto, malaquita, turquesas y otras rocas para confeccionar distintas herramientas y puntas de proyectil; y desde los valles llegaban maderas, plumas, nueces, tinturas y alucinógenos como el cebil. Las ruinas que aquí se observan son testigo de historias, personas, lugares e ideas que perduran en el tiempo e invitan a revivirlos a través de su recorrido y la compañía de un increíble paisaje. Esta zona fue parte de las etnias omaguacas y su refugio en épocas de guerra durante la época colonizadora del norte, a mano de los realistas del Alto Perú.
El Huasamayo desemboca en el río Grande o de la Quebrada.
Dos de los arqueólogos destacados en el estudio del pukará fueron Ambriocetti y Casanova.
Ambrocetti estudió el pucará de Tilcara, dividiéndolo en barrios para mejor estudio y relevamiento:
1) barrio de la entrada; 2) de la iglesia; 3) del monumento. El pukará también consiste en una zona de corrales y otra que funciona como cementerio (de la necrópolis).
El pucará posee gran influencia incaica. La arquitectura es escalonada, donde abundan los ángulos rectos. La arquitectura preincaica consta de figuras más irregulares y redondas.
1) barrio de la entrada; 2) de la iglesia; 3) del monumento. El pukará también consiste en una zona de corrales y otra que funciona como cementerio (de la necrópolis).
1) De la entrada: distribuida para los agricultores. Zona de cultivo: canales de riego y acueductos (Afluentes del río Grande)
2) De la iglesia: centro ceremonial de sacrificios
3) Cima del pukará: Lugar del superior: homanaje a los pueblos originarios y a los estudiosos de la zona
Casanova realizó una obra de restauración, entre 1890 y 1935, de las casas más representativas, durante cuyo proceso, Ambrocetti muere y lo reemplaza su mano derecha.El pucará posee gran influencia incaica. La arquitectura es escalonada, donde abundan los ángulos rectos. La arquitectura preincaica consta de figuras más irregulares y redondas.
JARDÍN BOTÁNICO
Pertenece al paisaje de Prepuna. Presenta especies cactáseas, como la Triquereus casacana, en peligro de extinción, además de cardones cilíndricos. Hay pocos árboles en esta zona, entre los cuales podemos destacar el molle o aguaribay, que es típico de la estación seca. Esta última se diferencia de la estación húmeda porque sus precipitaciones se presentan en forma de lloviznas y no son tan abundantes. La estación húmeda tiene lugar entre diciembre y febrero, aproximadamente.
DATOS CURIOSOS DEL PUCARÁ
La Piedra Campana es uno de los restos más importantes que se pueden rescatar del lugar en cuestión. Esta piedra posee alto contenido de cobre, lo cual le proporcione mucho sonido ya que es piedra volcánica. Los pueblos se comunicaban a través del sonido producido por el choque o golpeteo de esta piedra, que hoy en día es una pieza histórica de importancia.
EL PATIO CENTRAL DEL PUCARÁ
El hombre anciano era quien dirigía la casa y dormía, no sólo sobre pieles de animales sino, sobre una sobreelevación.
LOS REFUGIOS
Las casas eran confeccionadas con piedras. Si se optaba por rellenar los muros internos se utilizaba argamasa( barro mezclado con paja y piedras pequeñas).los techos eran confeccionados con vigas de cañas o cardón cubiertos con el mismo relleno que los muros. En las casas sus habitantes se dedicaban a realizar distintas tareas tales como: preparación de alimentos, confección de utensilios domésticos de cerámica, producción de instrumentos para tareas de sembradío y para el hilado de la lana, elaboración de adornos de metal, entre otras actividades .Al igual que en la actualidad las viviendas se ocupaban por muchos años. Las casas se transformaban a medida que aumentaban o disminuían los números de integrantes de cada familia.
El RITO DE LOS SACRIFICIOS
Tenía diferentes pasos a seguir, dentro de los cuales, el primero era drogar al prisionero con un cardón alucinógeno. Luego, lo acostaban y le clavaban un hacha llamada tumi (piedra trabajada y filosa), se le quitaba el corazón para colocarlo en un cádiz, para finalmente tomar simbólicamente la energía y fortaleza del enemigo vencido. Fabricaban los cráneos, trofeos, cuando les cortaban la cabeza y se lo colgaba quien había capturado al prisionero. Los cuerpos sacrificados se ponían en posición fetal ya que se consideraba que, tras la muerte, las personas volvían al seno materno, al vientre de EL ALTAR DE HINTI
Era el espacio utilizado específicamente para los sacrificios humanos que se realizaban con el polvo alucinógeno del pueblo de Atacama. Allí quitaban la piel de los cuerpos sacrificados y los depositaban en un piletón.EL BARRIO DEL MONUMENTO
En este espacio podemos encontrar los talleres lapidarios para la construcción de viviendas y es rescatable el trato que se le daba a la piedra para conseguir las formas necesarias para hacer las casas y pegarla con adobe, características comunes para lo que conocemos como arquitectura incaica. Aquí se encuentra la escultura de un indio de alta casta que está tocando la quena.
Ese monumento se encuentra en el punto más alto de las ruinas, a 2500 mts sobre el nivel del mar. La pirámide trunca(sin punta) fue construida para homenajear a los tres investigadores que relizaron importantes trabajos no solo en el pucará sino también en otros sitios de la quebrada: doctor Juan Bautista Ambriosetti, doctor Salvador Debenedetti y doctor Eduardo Casanova. Según la información registrada por estos primeros arqueólogos debajo del monumento existían restos correspondientes a las ultimas ocupaciones prehispánicas del lugar (monumento incaico). Las viviendas que rodean este sector fueron reconstruidas durante la década del 50.
HUACALERA
La edificación más importante del pueblo de Huacalera es la capilla que se ubica al final de una calle arbolada. Fue realizada con parte de las ruinas del templo, situado a unos 80 metros, cuya construcción era de 1655. Declarada Monumento Histórico Nacional en 1941, cerca de aquí fueron descarnados los restos del general Juan Galo Lavalle, asesinado en la ciudad de San Salvador de Jujuy.
Manuel Belgrano en Jujuy: Plaza de San Salvador de Jujuy: Desde este punto Belgrano emprendió una célebre retirada hasta San Miguel de Tucumán, imposibilitado de hacer frente a la invasión realista. Mediante un severísimo bando militar obligó a la población a retirarse junto al Ejército, quemar existencias y destruir bienes "para no dejar nada al invasor". "Anímense, tomen conmigo este empeño, que haremos morder el polvo al enemigo con todos sus satélites", prometió a los jujeños.
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